¿Cuántas veces has iniciado algo que no lo terminaste? tal vez comenzaste a leer un libro y lo dejaste a media, quizás una dieta, un estilo de vida, una relación o tu familia, sin duda el querer hacer es muy distinto al tener que hacer o al decidir hacer, ¿Dónde quieres o deseas estar?, de seguro si eres como la mayoría desearías decidir y hacer.
En esta sección quiero darte un par de mensajes para ayudarte a ser mejor persona; en el mundo hay tres tipos de personas, las primeras son las que ven cómo ocurren las cosas, las segundas no se dan cuenta de lo que pasa y preguntan ¿qué pasó? Y las terceras hacen que las cosas sucedan, es ahí a donde quiero que lleguemos, a convertirnos en hacedores. Hablemos de unos pasos que nos ayudarán a determinar cada una de las etapas para convertirnos en hacedores.
El primer paso, es generar una idea y puede ser muy extrema, muy loca, pero, aunque así lo parezca debemos ponerla en práctica. ¿Qué es aquello que deseas para los próximos 3 meses?, escríbelo y colócate un plan de acción. Debemos aprender a estar en nuestro lado irrazonable, pensar de manera distinta, estirarte y salir de tu zona cómoda o segura. Lo segundo es tener un motivo para hacer lo que haces, ¿cuál es tu motivo?, ¿por qué lo haces? El tercer paso, es entender que no es necesario tener que saberlo todo para tomar una acción. El cuarto paso, es descubrir la forma para dar ese paso y hacer las cosas. Y el último y más importante, que en momentos vamos a decaer y vamos a querer renunciar, es cuando posiblemente el éxito esté tocando nuestra puerta.
Por ejemplo, quiero compartir contigo una historia que me fascina, un joven se estaba preparando para liderar un gran movimiento y en un gran tiempo, mientras recibía consejos de un hombre mayor (él por supuesto necesitaba de los consejos de ese señor). El hombre mayor era de las personas que hacían que las cosas sucedieran, entonces recibe una carta del joven, que va a emprender un viaje y el señor ve que el joven tiene mucho potencial, él sabía que el muchacho podía llegar a tener un gran liderazgo. En un momento el señor comenta lo que para nosotros nos debe mover a un nivel de hacedor que nunca dejemos a un lado; él le comenta al joven que Dios no le ha dado un espíritu de timidez sino de poder, amor y dominio propio.
Imagínense que dejemos de ser hacedores sólo porque nos consideramos tímidos, que no seamos lo suficientemente audaces, atrevidos porque la timidez es más grande que nuestro deseo de ser hacedores. Sí tu te consideras tímido, debes integrar el espíritu de poder, dominio propio y amor, ahora bien, quiero que pienses por un momento y te preguntes, ¿en quién te convertirías si empezaras a trabajar con poder, con amor y dominio propio? Fuiste creado con ese espíritu, es una verdad, una gran noticia, no debes tener temor por hacer ese cambio en tu vida y entender ese espíritu que nos fue dado.
Esa verdad fue la que el joven asumió y no permitió que su timidez fuese más fuerte que el deseo de convertirse en un gran líder con un espíritu lleno de amor, poder y dominio propio, tu también vas a necesitar que alguien te de consejos y te ayude para lograr esa meta que deseas. Tú también eres ese alguien que una persona está esperando para que lo aconseje, a alguien más joven, con inexperiencia, en cualquiera de esas circunstancias necesitas convertirte en un hacedor y es que un hacedor no necesita el beneficio propio, un hacedor busca el beneficio de su equipo.
En nuestra vida va a funcionar exactamente igual, tendremos momentos donde no vamos a querer siquiera levantarnos de la cama, pero aun así tú decides si te conectas con ese espíritu de temor o timidez o por el contrario vas y despiertes al de amor, poder y dominio propio. Hoy puede ser un gran día.
Comparte esta información con tu equipo de trabajo tomen un tiempo 30 min y conversen sobre sus metas y su plan de acción y conviértanse en hacedores.